Cuando estaba solo en Alemania, me sentía muy triste. Después de estar 23 años la mayor parte del tiempo acompañado. Era normal sentir de manera intensa ese cambio.
Al final yo me decidía a salir y a explorar solo. Quizás las otras personas no les gustaba el plan de salir y explorar, y quizás en el momento, yo era el único interesado en esas cosas.
Era un poco incomodo, hacer planes un fin de semana yo solo, eso si que era algo nuevo para mi.
Con el paso del tiempo me acostumbré a salir. Así́ comencé́ a conocer mi ciudad, a encontrar mis lugares favoritos, a tener una rutina en conexión con diferentes sitios, a dejarme sorprender por interesantes coincidencias.
Me estaba acostumbrando a estar solo.
Algunas veces me causaba mucha curiosidad, ver a otras personas solas como yo. Se veía que estaban explorando, como yo. Sin embargo, nunca me atreví́ a saludarlos o hablar con ellos, ya que no eran el tipo de personas, con las que yo solía salir antes.
Ahora viéndolo bien, ese tipo de personas, como yo. Es con quien yo mejor me entiendo, les gusta explorar, hablar, se interesan por todas aquellas cosas que tienen que ver con compartir. Y no hablo de cosas materiales, muchas de esas personas no tienen nada a la mano. Yo hablo de compartir vivencias con muchas historias, ya que al final eso es lo único que nos queda para COMPARTIR.
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